Cuando vemos películas de ciencia ficción es común identificar héroes y villanos con papeles cruciales en la trama. De manera similar, las algas marinas también pueden desempeñar estos roles, dependiendo de su impacto en los ecosistemas y en nuestra salud. Por un lado, son aliadas fundamentales para el equilibrio del ambiente y el bienestar humano. Por otro, su producción desmedida puede causar desequilibrio en los ecosistemas marinos.

Al finalizar la lectura de este artículo, podrás decidir si las algas marinas merecen el título de heroínas o villanas, dependiendo del papel que juegan en nuestras vidas.

Las algas marinas pueden sobrevivir en diferentes zonas y profundidades en el océano. Un requisito indispensable para su crecimiento es la luz solar, pues es el combustible para la fabricación de su alimento. Esta actividad la hacen con ayuda de los pigmentos fotosintéticos, los cuales serían como paneles solares para las algas marinas debido a su capacidad de absorber energía lumínica para convertirla en energía química.

Existen diferentes pigmentos los cuales absorben una intensidad diferente de energía lumínica; además, les confieren sus colores característicos y permiten su clasificación en tres grupos. Las rodófitas, mediante la ficoeritrina, obtienen su color rojo; las clorófitas, a través de la clorofila, el color verde y las feofitas logran su color marrón mediante la fucoxantina.

Estos grupos de algas presentan cualidades diferentes; por ejemplo, las rojas toleran ambientes con poca luz; las verdes se desarrollan en cualquiera zona marina y las algas pardas gobiernan las zonas costeras. En México, la diversidad de algas marinas es notable. Tanto en las costas del Pacífico como en las del Golfo de México se han registrado, en su mayoría, especies de algas rojas, seguidas por las verdes y las pardas.

Desde los ecosistemas

Aunque no tienen súper fuerzas, ni corren súper rápido, las algas marinas tienen otras impresionantes cualidades. Poseen un poder básico: son productoras primarias de oxígeno, lo que beneficia a los organismos marinos y terrestres. A partir de la fotosíntesis se capturan grandes concentraciones de carbono, disminuyendo así las emisiones de CO2 y metano. Además, contribuyen a la formación de bosques marinos, un auténtico refugio y fuente de alimento para diversas especies.

Sin embargo, factores como el cambio climático y la contaminación promueven su crecimiento de manera descontrolada, convirtiéndolas en villanas. ¿Has visto grandes masas de algas marrones concentradas en las costas de alguna parte del mundo? Se le conoce como sargazo y causa desequilibrio en el ciclo de vida de los organismos que habitan en las zonas afectadas.

Esta proliferación descontrolada de algas también afecta a la economía, ya que la acumulación del sargazo en las costas y playas reduce el turismo, la pesca y la acuicultura, impactando a los ingresos de los pobladores en las zonas costeras.

Desde la salud

En los últimos años se ha evidenciado el potencial de las algas marinas como nutracéuticos, cuya característica es la presencia de compuestos que tienen beneficios farmacéuticos, más allá de sus valores nutricionales.

Las algas poseen ingredientes naturales como los polisacáridos (moléculas complejas formadas por la unión de diferentes azúcares), minerales, proteínas y ácidos grasos poliinsaturados, también denominados grasas saludables. Tales características las convierten en aliadas contra enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y neurodegenerativas, y pueden mejorar la calidad de vida en las poblaciones donde se incluyen cotidianamente algas en sus dietas.

Además, las algas marinas producen una gran diversidad de compuestos como parte de sus mecanismos de defensa, los cuales son de interés en la industria farmacéutica. Por ejemplo:

• Fucoidanos y carrageninas: estos polisacáridos pueden inhibir el crecimiento de algunas células de cáncer.
• Florotaninos: están presentes en las algas pardas y ayudan a reducir los niveles de azúcar en la sangre, por eso, en un futuro, podrían beneficiar a personas con diabetes.
No obstante, su consumo excesivo también conlleva riesgos. Algunas algas pueden acumular metales pesados como cadmio, plomo y mercurio, o contener niveles elevados de sodio que, si se suman a nuestra dieta occidental, podrían representar daños. Por ello, se recomienda su consumo ocasional y no como un complemento diario en la alimentación.

¿Heroínas o villanas? Tú Decides

Es innegable el papel clave de las algas marinas en el equilibrio de los ecosistemas, porque ofrecen beneficios sustanciales para la salud humana. Sin embargo, el cambio climático, causado por las actividades humanas, las ha llevado a escenarios desfavorables, convirtiéndolas en problemas, uno de ellos, el sargazo. A pesar de estos desafíos, su potencial como nutracéutico y fuente de medicamentos sigue siendo motivo de investigación para la comunidad científica.

Ahora, después de conocer las distintas facetas de las algas marinas, ¿las consideras heroínas, villanas…? ¿O, quizás, una mezcla de ambas? Y, ¿te animarías a incluirlas en tu dieta?