Desde el estallido de la COVID19, la violencia contra
las mujeres y las niñas se ha intensificado en
países de todo el mundo, así lo indica la Organización
de las Naciones Unidas – Mujeres (ONU
Mujeres). Si bien las medidas de bloqueo ayudan
a limitar la propagación del virus, las mujeres y las
niñas que sufren violencia en el hogar se encuentran
cada vez más aisladas de los recursos y las
personas que pueden ayudarlas.
Ante tal situación, y en conmemoración del
Día Internacional de la Mujer, el Posgrado en Ciencias
Biológicas (PCB), la Facultad de Odontología
y la licenciatura en Ciencias Políticas de la Universidad
Autónoma de Tlaxcala (UAT) organizaron el
coloquio La salud mental de las mujeres frente
a los retos de la COVID19 impartido por la doctora
María Elena Medina Mora.
En el acto inaugural, la doctora Margarita
Martínez, coordinadora general del PCB, indicó la
importancia de este tipo de charlas, pues en los
programas académicos de las facultades que organizaron
el evento tienen matriculadas un alto
número de mujeres: estudiantes, docentes y personal
administrativo. Por ello, la UAT ha buscado
continuamente lograr acciones y colaboraciones
interinstitucionales para promover la igualdad de
género y la salud en general de su comunidad universitaria.
Posteriormente dio la palabra a la doctora
Medina Mora.
“Hablar sobre las mujeres en un contexto
internacional es de vital importancia, aunado al impacto
que ha tenido la COVID19 en sus vidas” explicó
la ponente, quien abordó el tema desde cómo
se puede trabajar para mejorar el bienestar de las
mujeres.
La pandemia hizo visible una situación
complicada para la mujer, pues existen factores
que complican su productividad, indicó, tal como
la excesiva carga de trabajo (laboral, hogar, hijos,
docencia), las desigualdades de género, la percepción
de que su hogar no es un lugar seguro
(violencia doméstica), la relevancia de los cuidados
de salud, la fragilidad del trabajo doméstico
remunerado o la importancia de las políticas con
enfoque de género. Posteriormente hizo un recorrido
por las consecuencias psicológicas que ha
generado el confinamiento desde su inicio: trastorno
de estrés postraumático (TEPT), ansiedad y
depresión, y que no han sido atendidas en hospitales
siquiátricos por el seguimiento de las normas
de prevención de contagios por la COVID19.
En relación con lo anterior, la doctora
Medina Mora explicó que existe una serie de
factores sociales como el cultural, el ambiental,
el económico y el demográfico, que son precursores
para que las mujeres sean más propensas
a sufrir estas consecuencias psicológicas, y éstas
radican en cómo las sobrellevan en comparación
con los hombres, pues determinarán el contexto
de diversas situaciones como el acceso a la educación,
a una vivienda digna y, más importante, la
salud y el bienestar, que son un parteaguas para el
desarrollo integral de cualquier persona.
Estos determinantes sociales van a tener
una contribución amplia en la salud, “inclusive en la
muerte prematura de las mujeres que representa
hasta en un 70% ante la mortalidad por la enfermedad
provocada por el SARS-CoV-2, aunado al tema
del cuidado de la salud que aumenta esta mortalidad
en un 10%”, enfatizó la también miembro de
El Colegio Nacional, ya sea en su menor acceso, la
disponibilidad de su cuidado o bien el tratamiento
de poca calidad, aspecto común entre grupos
minoritarios, es cuando los programas de justicia
social se vuelven importantes para asegurar esta
protección de acceso equitativo.
“En el tema de la violencia en confinamiento
ha empeorado”, dijo, pues se estima que en México
aumentó un 30% la violencia contra la mujer y cerca
del 25% a nivel mundial; consecutivamente citó
estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI) donde se muestra un claro contexto
de inseguridad para las mujeres, no sólo en
su hogar, sino también fuera de él, sufriendo acoso
y violencia; “esto no se limita a la edad adulta” explicó,
inclusive existe una alta probabilidad que en
las dos primeras décadas una mujer experimente
violencia sexual, violación y/o depresión, y que son
uno de los detonantes para sufrir TEPT y severas
afectaciones a la salud metal, expresó.
Expuso que cuando las personas tienen
TEPT, la probabilidad de presentar trastornos mentales
es seis veces mayor, así como 40% más probabilidad
de fracaso escolar, 30% embarazo adolescente
y hasta 150% de estar desempleado.
Con base a lo anterior, explicó que, de
acuerdo con estudios llevados a cabo por instituciones
mexicanas como la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), la Universidad Iberoamericana,
la Secretaría de Salud (SSa), el Instituto
Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
(INPRFM), entre otras, se ha demostrado que
existe una replicación de resultados de depresión
y TEPT, en comparación con cuestionamientos previos
a la pandemia en mujeres, hombres y personal
de salud.
“¿Qué podemos hacer si estamos viendo
este riesgo importante?” cuestionó, y mencionó
que se deben diferenciar los distintos niveles de
atención a los que tienen acceso las mujeres para
tratar su salud mental como plataformas para la
provisión de servicios poblacionales y de comunidad,
el autocuidado y diversos niveles hospitalarios.
A su vez, invitó a promover y organizar los
escenarios de cuidado en la salud mental de las
mujeres y la población en general cuando termine
el confinamiento, y a seguir trabajando en los
determinantes sociales de las mujeres para encaminar
a la sociedad en darle importancia a la salud
materna, sexual y reproductiva de la mujer, y su
contribución a la salud con trato inclusivo, igualdad
de oportunidades y respeto por su ser.
“Estamos en una época de cambio y
mucha esperanza, por eso es importante
analizar el papel social de los
hombres y mujeres en el contexto
actual y cómo podemos cambiar para
tener un ambiente seguro(...)”
Por último, dio una serie de líneas telefónicas
para pedir ayuda en distintas instancias de la
UNAM como la Facultad de Psicología, la Facultad
de Estudios Superiores Iztacala (FES Iztacala), la Facultad
de Estudios Superiores Zaragoza (FES Zaragoza),
la Facultad de Medicina (FACMED), la Escuela
Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) y
la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC).
Detalles del autor
- Nombre(s): José Manuel López Vásquez
Dra. María Elena Medina.
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