Desde que en el año 2000 me integré al Laboratorio de Psicobiología del Desarrollo del CTBC, UATx, mi interés principal en la investigación científica ha sido la influencia que tienen los hermanos sobre el desarrollo de los individuos en los mamíferos. Este tema lo he trabajado principalmente con el modelo del conejo europeo, aunque he participado colaborativamente en trabajos en ratas, ratones y humanos.

El conejo, gracias a su peculiar conducta maternal, ha sido un modelo muy útil para investigar las interacciones entre hermanos. La coneja únicamente está con sus crías de 3 a 4 minutos al día para amantarlos y este patrón conductual ocurre tanto en el conejo silvestre como en el doméstico. Así, desde que nacen las crías hasta que la madre los desteta (cuando deja de proveerles leche materna) por ahí del día 25 postnatal, los hermanos son quienes conforman el ambiente social en el que crecen y se desarrollan las crías del conejo. Hasta ahora, como resultado de nuestra investigación, sabemos que la presencia de los hermanos confiere tanto ventajas como desventajas a los miembros de las camadas (conjunto de crías nacidas en el mismo parto). Por un lado, las crías del conejo se benefician de la presencia de los hermanos ya que al nacer sin pelo y con escasos depósitos de grasa al amontonarse con sus hermanos dentro del nido reducen significativamente la pérdida de calor y crecen eficientemente, por otro lado, en la breve visita de la madre para amamantarlas, las crías de la camada compiten vigorosamente entre ellas por la leche materna. Además, sin lugar a duda, podemos afirmar que en los mamíferos, incluyendo a humanos, los hermanos de la misma o de diferente edad, constituyen un factor importante del desarrollo de la personalidad y de algunos rasgos fisiológicos.

Detalles del autor

  • Nombre(s): Dr. Amando Bautista