En la actualidad, la pérdida y fragmentación del hábitat debido a las actividades humanas son las principales causas del colapso de la biodiversidad a escala global (Fahrig 2003: 499). La magnitud y variedad de los cambios inducidos por el hombre sobre la superficie del planeta han alcanzado niveles críticos, los cuales han sugerido una nueva era geológica dominada por el hombre, como el "Antropoceno"(Trischler 2016: 313).
A nivel mundial, se ha estimado que al año se extinguen aproximadamente 468 especies de vertebrados por causa del hombre (Ceballos y cols. 2015: 2). En México, de acuerdo con la NOM-059- SEMARNAT-2010, más de la mitad de las especies de mamíferos, anfibios y reptiles registrados para el país se encuentran clasificados en alguna categoría de riesgo. Debido a este panorama altamente preocupante, en el laboratorio de Biodiversidad del Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta (CTBC), nos propusimos explorar estrategias que ayuden a mitigar el efecto antropogénico sobre la biodiversidad. Una de estas estrategias consiste en mantener, restaurar o mejorar el grado de conectividad de las poblaciones animales en su hábitat.
Desde 1993 Taylor y cols. definieron a la conectividad cómo “el grado en que el paisaje facilita o impide el movimiento de los animales entre parches de hábitat”. Mantener la conectividad entre parches de hábitat podría rescatar poblaciones en declive, restablecer poblaciones extirpadas, aumentar la diversidad genética y en última instancia, reducir los riesgos de extinción de las especies (Ziółkowska et al. 2012: 195). Por lo tanto, resulta de vital importancia preservar las redes de hábitat resilientes, lo cual requiere identificar los parches y conexiones de hábitat que son cruciales para mantener la conectividad de las poblaciones fragmentadas.
En este estudio, evaluamos el grado de conectividad de dos especies de murciélagos insectívoros (Eptesicus fuscus y Myotis thysanodes) en una región altamente antropizada en el centro de México. En esta región se localizan los Parques Nacionales La Malinche e Iztaccíhuatl-Popocatépetl (Figura 1). Las tierras de cultivo y asentamientos humanos ocupan más del 65 % del área de estudio, mientras que los bosques ocupan el 20 %. Eptesicus fuscus es una especie que habita en zonas urbanas, campos de cultivo y en menor medida en los bosques (Kurta y Baker 1990: 4). Mientras que Myotis thysanodes habita únicamente en los bosques (O’Farrell y Studier 1980: 3). Adicionalmente, la capacidad de dispersión de Eptesicus fuscus es menor que la de Myotis thysanodes.
Para evaluar el grado de conectividad utilizamos un enfoque de modelado basado en teoría de grafos (Pascual Hortal y Saura 2006: 965). Dicho enfoque integra la cantidad de hábitat disponible para cada especie dentro del área de estudio, así como la capacidad de dispersión de las especies, lo que proporciona un resultado más apegado a la realidad. Nuestros resultados sugieren que el grado de conectividad es mayor para Eptesicus fuscus, a pesar de tener una menor capacidad de dispersión que Myotis thysanodes (Figura 2). Esto podría ser debido a que existe una mayor cantidad de hábitat para Eptesicus fuscus dentro del área de estudio, como lo son los asentamientos humanos, campos de cultivo y los bosques. Por lo tanto, los miembros de esta especie podrían estar utilizando estas estructuras como “autopistas” que los ayuden a moverse a través del paisaje.
Myotis thysanodes, a pesar de ser una especie con mayor movilidad, únicamente dispone de los bosques y remanentes de vegetación para navegar en el paisaje. Incluso, los asentamientos humanos y campos de cultivo podrían estar actuando como barreras antropogénicas que limitan el movimiento de sus poblaciones. Nuestro estudio demuestra la importancia de preservar y mejorar los remanentes de vegetación natural para mantener la conectividad dentro de un paisaje altamente fragmentado para las especies altamente dependientes de los bosques. Adicionalmente, en este estudio identificamos áreas clave para mantener la conectividad del hábitat que pueden ser utilizadas por los tomadores de decisiones para proponer estrategias de gestión local.
Detalles del autor
- Nombre(s): Eduardo Vázquez Rueda
Eduardo Vázquez
Estudió Ingeniería en Biotecnología en la Universidad Politécnica de Puebla. Actualmente, estudia el doctorado en el laboratorio de Biodiversidad del CTBC. Su línea de investigación se centra en el modelado de nicho ecológico de las especies para predecir su distribución actual, y cómo cambiaría en el futuro cómo resultado del cambio climático.