Desde hace siglos, el poder de controlar la mente de las personas ha sido un tema abordado por científicos, filósofos y escritores. El temor ante una inminente pérdida de autonomía a manos de otros individuos, gobiernos e inclusive inteligencias artificiales; ha sido una posibilidad que cada día parece menos remota.

En la literatura de ciencia ficción hay muchos ejemplos. Ya sea ejerciendo un control absoluto de los medios de comunicación y la vigilancia extrema de la población a través del “gran hermano”, como relataba George Orwell en su novela “1984”, o mediante técnicas de eugenesia, programación mental y la administración periódica de sustancias para permanecer en “Un mundo feliz”, según Huxley en su obra más prominente. Si bien estos títulos han sido catalogados como distópicos, hoy en día la frase “la realidad supera a la ficción” cobra más sentido que nunca.

Es probable que el control mental a cargo de otras personas no esté sucediendo tal como lo auguraban estos autores, pero valdría la pena centrar nuestra atención en el desarrollo tecnológico de las últimas décadas.

Vivimos en un mundo de Smartphones, computadoras portátiles, relojes inteligentes y una infinidad de gadgets con acceso a redes sociales y plataformas de streaming para ver series o películas ininterrumpidamente, y todos estos dispositivos electrónicos comparten un común denominador: la luz azul. Este espectro electromagnético de luz, presente de manera natural en la luz solar, se encuentra en mucho mayor medida en todo aquel dispositivo que emita luz; desde el foco de tu habitación hasta la computadora o smartphone en donde estás leyendo este artículo.

Pero, ¿Qué tiene que ver todo esto con el control mental? Múltiples estudios realizados en los últimos cinco años, han encontrado que la exposición prolongada a la luz azul afecta significativamente el ciclo de sueño y vigilia, uno de los ritmos circadianos más importantes de nuestro organismo, y cuyo desajuste puede producir desde alteraciones leves, hasta serias enfermedades metabólicas y cognitivas.

¿Estás en el celular porque no puedes dormir, o no puedes dormir por estar en el celular?

Aún no te he hablado acerca del “control mental” generado por los dispositivos electrónicos y la luz azul que estos emiten. Sin embargo, permíteme contarte una breve historia, cuyo protagonista es posible que hayas sido tú en algún momento. Para ejemplificarlo, lo llamaremos Luis. Luis se encuentra estudiando un posgrado. Él asegura que prefiere estudiar y hacer sus tareas por la noche, ya que es cuando se concentra más. Sin embargo, le es inconcebible trabajar sin revisar de vez en cuando todas sus redes sociales, por aquello de “relajarse un rato”. Ya pasadas las 2:00 am, parece ser que ha terminado con sus tareas.

Sin embargo, su cerebro aún necesita una dosis más de redes sociales y el capítulo de su serie en Netflix. Ahora son las 3:00 am, y el cerebro de Luis piensa “debes madrugar”, por lo que apaga todas las luces y deja a un lado el teléfono y la computadora. Acto seguido, recibe algunos mensajes, por lo que vuelve a revisar su celular 25 minutos más.

Ahora si, es momento de dormir, pero el sueño no llega. Su cerebro lo invade con recuerdos innecesarios y todos los pendientes de la semana. Pero justo en ese momento se acaba de dar cuenta que su influencer favorito subió un nuevo video, por lo que el cerebro de Luis piensa “ah caray, eso si me interesa”.

Finalmente, esta historia encontró su fin a las 4:00 am. Luis sabe que para despertar a las 7:00 am debe programar 5 alarmas y, con suerte, se levantará con la cuarta de ellas.

Al día siguiente, con ojeras y un cansancio que ni la regadera pudo remediar, se presenta a sus clases. Con desgano y poca retención, es posible que capte la mitad de lo que sus profesores digan, pero no importa; si tiene dudas sabe que puede ver videos tutoriales en Youtube por la noche… Si te has sentido identificado con esta breve historia ¡felicidades!, también has sido victima de la enajenación de las redes sociales y, sobre todo; del control mental que pueden generar los dispositivos electrónicos a través de la luz azul. Para ser más claros, estas son una serie de repercusiones en la salud física y mental que han sido ampliamente comprobadas por múltiples estudios en los últimos años.

Alteraciones mentales y fisiológicas provocadas por la exposición constante a la luz azul

  • Inversión en los ritmos circadianos. Biológicamente, el ser humano es una especie diurna. La exposición a esta gama de luz de día y de noche, tiene consecuencias en la calidad de vida y te predispone a padecer trastornos metabólicos y cognitivos, como Diabetes Mellitus, Hipertensión arterial, trastorno de déficit de atención, insomnio y dificultad para la concentración, entre otros trastornos que continúan estudiándose.
  • Alteración del ciclo de sueño- vigilia. La luz azul ingresa por la retina e incide directamente en la glándula pineal, la estructura cerebral que se encarga de controlar los niveles de melatonina, mejor conocida como la “hormona del sueño”. Esto genera que su secreción se inhiba paulatinamente y, por consiguiente, es más común padecer trastornos del sueño como el insomnio y dificultades para despertar.
  • Generación de adicción. El desequilibrio en la función de la glándula pineal, influye en estructuras cerebrales como el núcleo Accumbens, que es un grupo de neuronas que forma parte de los ganglios basales, situado debajo de la corteza cerebral; mejor conocido como el sistema de recompensa cerebral”. Algunas de las funciones más importantes de esta estructura, son su influencia en la planeación de la conducta y su papel fundamental en la generación de procesos adictivos. Se ha propuesto que el uso de dispositivos electrónicos puede llegar a ser tan adictivo como las drogas.
  • Influye en tu estado de ánimo. Así es, está comprobado que dosis saludables de luz azul (350 luxes) mejoran tu estado de ánimo. Inclusive, existen terapias de exposición a esta gama de luz para tratar trastornos depresivos. Sin embargo, las altas exposiciones (>500 luxes) han demostrado lo contrario. Tal vez por eso es frecuente que te pongas nostálgico y pienses en por qué ella no te ama, durante esas noches no planeadas de desvelo.
  • Resequedad ocular y pérdida progresiva de la agudeza visual. Cuando exponemos la vista a la luz azul ¡parpadeamos menos!, generando resequedad visual y fatiga de los receptores sensoriales involucrados en la captación de luz. Nuestro sistema visual, evolutivamente; aún no está preparado para tal excesiva cantidad de luz azul, sin oportunidad de descanso.
Hasta aquí, podemos concluir que la exposición prolongada a la luz azul puede alterar significativamente nuestra conducta, estado de ánimo y ritmos biológicos. Sin embargo, tal como la dependencia a una droga potencialmente mortal, cada vez deseamos tener más y más, a costa de nuestra salud.

Hoy en día vivimos en “un mundo feliz”, donde nuestro soma son los dispositivos electrónicos. Hemos suplido la falta de luz natural por la artificial. La oscuridad de la noche ya no es una limitante. Reemplazamos los libros físicos por virtuales y lo primero que hacemos al despertar, es recibir nuestra dosis de luz azul.

Pero calma, no todo está perdido. Existen alternativas para formar parte de este enajenado mundo tecnológico, sin salir tan perjudicados…

¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación?

Sería absurdo vivir alejados del mundo tecnológico en el que vivimos, siendo que éste nos ofrece una amplia gama de beneficios y posibilidades personales, laborales y académicas. Es por ello, que te ofrezco una serie de consejos que pueden ayudarte a mejorar tu calidad de vida y de tener un mejor control de tu salud mental:

  • Protege tu vista contra la luz azul. Actualmente, el mercado de las ópticas ofrece micas con protección anti-luz azul. Múltiples estudios han confirmado sus beneficios, incidiendo en una mejor calidad de sueño y desaceleración en el deterioro de la agudeza visual.
  • Respeta las horas de sueño. Parece complejo, ya que el mundo laboral, académico y social demandan atención a cualquier hora. Sin embargo, al organizar tus tiempos de trabajo y establecer horarios estrictos de descanso, obtendrás múltiples beneficios en cada esfera de tu vida cotidiana. Al principio puede parecer difícil de lograr, pero con el tiempo te será cada vez más fácil, tal como cualquier rutina.
  • Usa la tecnología a tu favor. Existen múltiples aplicaciones que bloquean dispositivos electrónicos por horarios que uno mismo puede establecer, pudiendo mantener activas herramientas indispensables (si así lo deseas), como la recepción de llamadas o mensajes de grupos de trabajo, por citar algunos ejemplos.
  • La luz blanca y la luz LED también pueden perjudicarte. Es recomendable proteger cada foco del hogar con pantallas o filtros.
  • Lee más libros en formato físico. Esto es beneficioso en muchos aspectos, tanto a nivel cognitivo e intelectual como de satisfacción personal. Una vez que adquieres el hábito de lectura, encuentras placer por buscar tu siguiente título. Procura hacerlo con luz de día y, si no te es posible; prepárate con los puntos previamente recomendados.

Detalles del autor

  • Nombre(s): David Brash Arias
  • *Estudiante del Doctorado en Ciencias Cerebrales de la Universidad Veracruzana