Los disruptores endocrinos (DE) son sustancias exógenas de origen natural o artificial con capacidad potencial de afectar la salud al incidir en procesos biofisiológicos en los organismos vivos, desde su concepción en el seno materno hasta la vida adulta. Tales sustancias afectan la comunicación entre células, la regulación del sistema inmune, el metabolismo, el desarrollo de órganos y la reproducción. Los DE pueden tener tres vías de entrada: tópica, inhalatoria y alimentaria. Se conocen más de 1 400 sustancias que actúan como DE, éstos se encuentran en productos de limpieza, higiene y cuidado personal, envases de plástico de bebidas, envases metálicos para alimentos, pesticidas, tintes, objetos de plástico, materiales de construcción, entre otros.

También hay algunos con origen natural conocidos como fitoestrógenos, producidas por las plantas. Los DE, sintéticos o naturales, comparten similitudes con la estructura química de algunas hormonas, “suplantando” su función y afectando a diferentes niveles. Otros bloquean enzimas involucradas en la síntesis hormonal o se unen a proteínas trasportadoras de hormonas presentes en la circulación sanguínea. De esta manera, los DE pueden afectar la función de estrógenos, andrógenos y hormonas tiroideas afectando tanto la reproducción femenina como masculina. Algunos de los DE con acciones en la reproducción son: 1) bisfenol y dietilestilbestrol, 2) ftalatos, 3) plaguicidas y organoclorados usados en la agricultura, 4) fitoestrógenos y 5) metales pesados.

La regulación de las hormonas reproductivas por parte de los DE está presente en mamíferos, peces, reptiles, insectos, crustáceos, anfibios y aves. En los humanos, muchas de estas sustancias pueden ser ingeridas en frutas y verduras que contienen pesticidas, aunque el alimento sea inocuo. Tal es el caso de las zanahorias o los huevos que pueden tener contaminantes de hidrocarburos aromáticos, o los peces que pueden contener bisfenoles. Su impacto dependerá del género, edad, dieta y ocupación. Cuando el contacto con los DE ocurre durante el embarazo puede afectar la formación de órganos, incluyendo los órganos reproductivos, mientras que, en el periodo de la pubertad, podrían provocar alteraciones importantes. El contacto con DE en la vida reproductiva en ambos sexos pone en riesgo la fertilidad.

Plaguicidas-herbicidas-organoclorados

Muchos de los plaguicidas y herbicidas pueden estar presentes en alimentos (frutas, verduras, legumbres, etc.), aire y agua contaminada. El efecto de estos compuestos está planeado para destruir células o afectar las funciones en insectos o malas hierbas, sin embargo, puedan atacar a todo tipo de seres vivos. Como ejemplos de sus acciones a nivel reproductivo tenemos muchos. Ver la tabla 1.

Compuestos usados en la industria

Productos químicos relacionados con la extracción de petróleo y gas natural provocan defectos congénitos y muerte fetal. Tal es el caso de los retardantes de llama bromados (BFR), los cuales son compuestos que reducen el riesgo de incendio al adicionarse a materiales combustibles como plásticos, textiles y productos de madera. Se incluyen en esta categoría al tetrabromobisfenol A (TBBPA) hexabromociclododecano (HBCDD) y éteres de difenilo polibromados (PBDEs). Tanto HBCDD y PBDEs interfieren en la regulación de las hormonas tiroideas de humanos y animales.
El triclosán (5-cloro-2-(2,4-diclorofenoxi) fenol) es un bactericida usado en jabones antibacteriales, pasta de dientes, suturas quirúrgicas y limpieza de hospitales. Este producto se asocia con una reducción en el tamaño de los ovarios, el número de implantaciones uterinas e induciendo abortos, los niveles de hormonas sexuales progesterona, estradiol, testosterona y prolactina. De igual manera, solventes químicos como el xileno (óxido de etileno) altera el ciclo estral, induce infertilidad, aumenta el tiempo de gestación en los roedores e induce aborto en humanos. Los fenoles inducen muerte celular en las células del ovario de ratas y disminuye el número de óvulos. El bisfenol A y los ftalatos usados en la industria como recubrimientos en alimentos enlatados, botellas de agua, juguetes para niños, selladores dentales, etc., tienen acciones estrogénicas, androgénicas y tiroideas. Estos compuestos aumentan la incidencia de endometriosis y cáncer testicular, al mismo tiempo que reducen fertilidad. Los parabenos (ácido p-hidroxibenzoico) son usados como antimicrobiano y disminuyen el número de folículos ováricos maduros (folículos antrales) y el peso al nacimiento, afectan la regularidad de los ciclos menstruales y favorecen la prematuridad.

Tabla 1. Resumen de la influencia de los herbicidas y plaguicidas en las hormonas reproductivas.
Plaguicida o herbicida Hormona reproductiva afectada
Dicloro difenil tricloroetano (DDT) Estrógenos
Metoxiclor (MXC) Estrógenos y andrógenos
Lindano Estrógenos y progesterona
Glifosato (GBH) Estrógenos
Alacloro Estrógenos y progesterona
Carbamatos Hormona luteinizante (LH)
Atrazina LH, prolactina, andrógenos y estrógenos
Endosulfan Estrógenos, progesterona y hormonas tiroideas
Amitrol, Fipronil, Maneb, Ziram, Pirimetanil y Prodiamina Hormonas tiroideas

Metales

Los metales contaminantes pueden ser distribuidos a través de alimentos y agua contaminada. Estos llegan al suelo, aire y pueden ser inhalados. Metales como el arsénico (As), cadmio (Cd), plata (Ag), plomo (Pb), antimonio (Sb), cobalto (Co), manganeso (Mn) y selenio (Se) se asocian con alteraciones en la producción de la hormona luteinizante (LH) y folículo estimulante (FSH) e inducir aborto espontáneo. El arsénico reduce el tamaño del ovario y favorece la atresia folicular, induce atrofia uterina y disminuye la expresión de receptores de estrógenos. El aumento de arsénico en madres gestantes reduce el peso al nacimiento de los hijos. El cadmio, que se encuentra en el agua y proviene del humo del tabaco, reduce la testosterona. El plomo reduce el número de folículos ováricos, induce fibrosis uterina, favorece los abortos y se relaciona con infertilidad femenina. El plomo también se ha relacionado con la aparición de hipertensión durante el embarazo o preeclamsia. Metales como el cobre (Cu) zinc (Zn), cromo (Cr), bario (Ba) afectan la actividad estrogénica. El mercurio (Hg) afecta el número de folículos ováricos y reduce el peso al nacimiento.

Compuestos de alimentos naturales

Los alimentos de origen vegetal contienen proteínas, carbohidratos y lípidos. También contienen micronutrientes y fitoquímicos como esteroles y saponinas. Los fitoestrógenos (lignanos y coumestanos), presentes en nueces, legumbres, avena, soya, alfalfa, uvas, entre otros, funcionan como plaguicidas en la planta misma. Aunque muchos de fitoestrógenos tienen propiedades antiestrés oxidativo e inflamación, también son capaces de simular acciones hormonales afectando procesos reproductivos, tanto en el hombre como en la mujer. Por ejemplo, la soya predispone a la aparición de miomas uterinos, reduce las concentraciones de LH y FSH, y altera la duración del ciclo menstrual; pero también reduce la calidad del semen y favorece el cáncer de próstata. El equol, un metabolito de la soya, aumenta el grosor del endometrio y promueve la maduración de los folículos ováricos. En machos, el equol aumenta el tamaño del testículo y el diámetro de los túbulos seminíferos. La genisteína interfiere con la función de estrógenos, progesterona, LH y andrógenos.

Ojalá la información contenida en este artículo nos ayude a hacer conciencia sobre la importancia de reducir la exposición a DE ya que representan una amenaza silenciosa para la reproducción de los animales. Se debe evitar, en lo posible, el uso de productos y consumo de alimentos que contienen estos agentes. También planteamos la necesidad de realizar nuevos estudios que investiguen la exposición directa a corto y mediano plazo de los DE en la vida reproductiva de diversas especies animales.

Detalles del autor

  • Nombre(s):
    Rubicela Rojas-Juárez
    Estela Cuevas