“La curiosidad es una característica del ser humano que permite experimentar, conocer y crear conocimiento; el conocimiento, a su vez, permite entender los fenómenos de la vida y la vida es un sinfín de experiencias y hechos en espera de poner a prueba la curiosidad humana”. -RBM

El nido, indispensable para la supervivencia de muchos animales en sus primeros días de vida, tiene la función de crear un ambiente térmico para el desarrollo de los recién nacidos y evitar riesgos de depredación. Un nido es una cavidad, agujero o conjunto de celdillas donde nacen y crecen las crías. Comúnmente, cuando escuchamos la palabra “nido”, pensamos en las aves; sin embargo, otros animales también construyen y utilizan nidos, por ejemplo, los insectos (abejas, hormigas), peces (pez payaso), anfibios (ranas), reptiles (tortugas, cocodrilos) y mamíferos.

En el caso de los mamíferos, el lugar, forma y tipo de material con el que construyen los nidos varía dependiendo de la especie y sus características influyen en la supervivencia de las crías antes de ser independientes, en particular las crías altriciales (las que nacen con oídos y párpados cerrados, desprovistos de pelo y con una limitada coordinación en sus movimientos), por ejemplo, las ardillas, los topos, las ratas y los conejos.

En los conejos, tanto los que viven en condiciones naturales como los domésticos que viven en los laboratorios o granjas, la madre construye su nido pocos días antes del parto con heno seco y pelo que ella misma arranca de su pecho y abdomen; además deposita heces el día del parto y durante los primeros 10 días después del nacimiento. La madre no está todo el tiempo con sus gazapos (crías), visita su nido para amamantarlos sólo una vez al día de 3 a 4 minutos, en ese momento deposita las heces antes de salir del nido. Estas heces y el heno en el nido muestran mordiscos unos pocos días antes de la independencia de los gazapos. El consumo de heno por los gazapos podría ayudarlos en un periodo delicado de su vida, la transición de alimento líquido (leche materna) a sólido (material vegetal).

El consumo de heces por los gazapos se consideraba un comportamiento inusual y sin ningún beneficio biológico, pero recientemente se ha observado que es una conducta que puede repercutir positivamente en su vida. Las heces del conejo presentan un alto porcentaje de fibra que puede ayudar a mejorar la digestión de los gazapos. También contienen bacterias que forman parte de la microbiota intestinal, benéficas para la salud, a las que pueden estar expuestos los gazapos si consumen las heces.

Actualmente, en el Laboratorio de Psicobiología del Desarrollo estudiamos si la deposición de heces en el nido por la madre es parte de la conducta natural de la especie, si los gazapos consumen estas heces y el heno de su nido, y el impacto que esta conducta puede tener sobre el desarrollo en etapas posteriores de su vida.

Detalles del autor

  • Nombre(s): Rodrigo Barrios Montiel

Rodrigo Barrios Montiel

Rodrigo estudió la Licenciatura en Medicina Veterinaria y Zootecnia en la UATx. Actualmente estudia el Doctorado en Ciencias Biológicas en el CTBC. Su área de investigación se enfoca en evaluar los efectos de los componentes del nido en el desarrollo de los individuos en diferentes etapas de su vida, tomando como modelo de estudio al conejo doméstico (Oryctolagus cuniculus).