Nací en la ciudad de Tlaxcala y, desde niña, tuve la inquietud de saber qué formaba el cuerpo de los seres vivos. Al encontrar cualquier insecto o gusano, en mi mente siempre estaban presentes estas preguntas: ¿cómo es por dentro?, ¿cómo funciona?, ¿serán muy diferentes al resto de los seres vivos?, ¿el ser humano será muy diferente? Al cursar la secundaria, en una charla de Sábados en la Ciencia, organizado por la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), descubrí el maravilloso mundo de la morfología y decidí que, cuando fuera grande, sería como la ponente: tendría un doctorado y estudiaría la composición de los seres vivos. Pero no sabía todo lo que tenía que hacer para lograrlo.

Fue al terminar la preparatoria que inicié mi sueño al ingresar a la licenciatura en Biología en la Universidad Metropolitana Unidad Iztapalapa (UAM-I). Sin embargo, migrar de mi ciudad de origen a la CDMX no fue nada fácil, ya que implicaba dejar mi familia y hogar por seguir mi sueño. Al cursar la asignatura de Biología Celular y Tisular supe que la histología (parte de la biología que estudia la composición, la estructura y las características de los tejidos orgánicos de los seres vivos) sería una de mis grandes pasiones, así que como buena estudiante me anoté como voluntaria en el laboratorio de Biología de la Reproducción Animal para iniciar mi formación como históloga. Más tarde, tras crecer mi interés en la estructura de los tejidos, mi maestro, Dr. Mario García Lorenzana me invitó a trabajar en un proyecto que evaluaba el efecto de un fitoestrógeno, llamado coumestrol, sobre el desarrollo gonadal. Gracias a mi participación pude ganar una estancia de verano en un centro de investigación en el área de Biología del Desarrollo del Hospital Federico Gómez, ahí conocí las bases de la técnica histológica clásica y de barrido bajo la supervisión de la Dra. Concepción Sánchez, la maestra de mi maestro.

Durante mi estancia en la licenciatura, una de mis docentes me dio el consejo de que debía asistir a toda conferencia, curso o taller que brindara la universidad. Hecho que me permitió, durante una Semana de Biología de la Reproducción, conocer la dedicación, pasión y trabajo de la Dra. Margarita Martínez Gómez quien, sin sospecharlo en ese momento, sería mi tutora en el posgrado. Al terminar la licenciatura regresé a mi estado y tuve la oportunidad de conocer personalmente a la Dra. Martínez Gómez en una entrevista. En ese momento recordé la pasión y dedicación con la que se había presentado en aquella charla en mi universidad, así que, sin dudarlo, me esforcé por formar parte de la segunda generación de la Maestría en Ciencias Biológicas del Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta (CTBC) de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Bajo la dirección de la Dra. Martínez no sólo seguía conociendo la estructura tisular de los seres vivos, ahora aprendía a integrar su función y plasticidad ante eventos naturales como la gestación y el parto.

La oportunidad de cursar asignaturas en otras universidades que ofrecía el posgrado me permitió asistir a clases en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y continuar con la asesoría en histología de mi maestro de la UAM-I. Al formar parte de la gran comunidad del CTBC, durante los seminarios y congresos, podía descubrir procesos y mecanismos biológicos que explicaban la importancia biológica de los seres vivos, lo cual me alentaba a seguir adelante con mis sueños a pesar de los retos o dificultades que se presentaron. Derivado de la formación académica del posgrado en Ciencias Biológicas, se me abrieron las puertas para ser docente de asignaturas como Bioquímica y Biología Celular y Tisular en las licenciaturas de Biología, Nutrición y Enfermería de la UATx.

Mi interés por la investigación alimentaba la inquietud de entender si los cambios tisulares que había observado durante la maestría en el tracto urogenital en conejas jóvenes multíparas eran permanentes. Por tanto, decidí ingresar a la primera generación del doctorado en Ciencias Naturales (ahora Doctorado en Ciencias Biológicas), nuevamente en el CTBC, lo que me brindaba la oportunidad de continuar con mis sueños desde mi estado y, lo más importante, cerca de mi familia. Mi estancia en el CTBC y formación del posgrado sin duda ha sido fundamental para cumplir mis sueños de investigar el efecto tisular de eventos naturales como la multiparidad sobre el aparato urogenital de hembras jóvenes, publicar mis resultados en artículos científicos, colaborar en nuevos proyectos que me permitieron continuar publicando en revistas científicas de reconocimiento del área y ser docente titular de asignaturas como Bioquímica, Microbiología y Parasitología, Metodología de la Investigación, Biología Celular y Tisular, e Inmunología Básica y Clínica de licenciaturas como Nutrición, Enfermería, Medicina y Química Clínica de las facultades de Ciencias de la Salud de la UATx y de Medicina de la Universidad Popular del Estado de Tlaxcala. Así como ser coordinadora del área de laboratorios de la Facultad de Medicina de la misma universidad.

Detalles del autor

  • Nombre(s): Nicte Xelhuantzi Arreguin

Nicte Xelhuantzi Arreguin