¿Qué es la microbiota intestinal? El tubo digestivo de los animales (incluidos los humanos) aloja un conjunto de microorganismos que conforman un ecosistema microbiano compuesto por bacterias, levaduras, hongos, virus, protozoarios y arqueas (un grupo de microorganismos unicelulares). A esta comunidad de microorganismos que habitan el tracto digestivo, lo llamamos microbiota intestinal, ésta interactúa de forma tan integral con el hospedero en donde se aloja que se ha considerado incluso como un órgano más del cuerpo humano, ya que se ha estimado que la cantidad de microorganismos que poseemos es incluso mayor que la cantidad de células en todo el cuerpo. La microbiota, a través de la expresión de genes contenidos en los distintos microorganismos produce moléculas, que tienen la capacidad de afectar la respuesta inmunitaria, el metabolismo, e ¡incluso el comportamiento del organismo en el que viven! Lo anterior puede ocurrir debido a que la microbiota tiene la capacidad de regular la producción de distintas hormonas. De tal modo que, la microbiota intestinal puede influir en el comportamiento del hospedero, actuando sobre el sistema nervioso central y sí, ¡los microbios de tu intestino pueden influir sobre tu cerebro!

Durante el proceso de digestión, la microbiota intestinal produce sustancias conocidas como ‘metabolitos’, moléculas derivadas de los alimentos que consumimos (azúcares, grasas, proteínas, minerales, antioxidantes, etc.). Tales metabolitos y algunos componentes estructurales de la microbiota intestinal funcionan como señales para las diferentes células que se encuentran en el intestino. A lo largo del intestino hay células cuya función es sintetizar y secretar hormonas, llamadas células enteroendocrinas. La agrupación de estas células es el órgano endocrino más grande del cuerpo, regulan la producción de hormonas/neurotransmisores (por ejemplo: dopamina y serotonina) y participan en la comunicación entre la microbiota intestinal y el cerebro mediante un nervio muy trabajador, conocido como el nervio vago. Esto quiere decir que ¡las bacterias de la microbiota intestinal pueden afectar la producción de hormonas del órgano endocrino más grande del cuerpo! Y, como seguramente ya sabes, las hormonas juegan un papel muy importante en la regulación de tu conducta.

Un grupo especial de células enteroendocrinas, las células enterocromafinas, son responsables del 95 % de la producción total de serotonina en el cuerpo y, ¿adivina qué? La microbiota intestinal afecta la producción de serotonina (comúnmente llamada el químico de la felicidad) la cual tiene una doble función: hormona y neurotransmisor, y ha sido propuesta como el principal conector entre la microbiota intestinal y el cerebro, debido a su importante participación en el desarrollo del sistema nervioso central, ¡tu cerebro! Además, algunas investigaciones han demostrado que en modelos animales a los cuales se les retiró su microbiota intestinal disminuyeron los niveles de serotonina y una de las moléculas necesarias para su síntesis, el triptófano.

Pero, ¿qué tiene que ver la serotonina con mi conducta? Niveles bajos de serotonina han sido vinculados a trastornos depresivos y de ansiedad. Un grupo de investigadores, de las Universidades de Cork en Irlanda y Groningen en Países Bajos, suministró trasplantes de microbiota intestinal (sí es lo que estás pensado: cápsulas de popó) de humanos diagnosticados con trastorno depresivo a ratas libres de microbiota. De forma sorprendente, después del trasplante de microbiota, las ratas presentaban comportamientos y características fisiológicas típicas del trastorno depresivo: pérdida del interés por estímulos agradables, comportamientos de ansiedad y alteración en el metabolismo del triptófano, la molécula necesaria para la síntesis de serotonina.

Seguro ahora te estarás preguntando: ¿Funciona el trasplante de microbiota intestinal para tratar la depresión en humanos? Un grupo de investigadores de la Universidad de Queens en Canadá realizó una revisión de los estudios publicados para evaluar la efectividad del uso de trasplantes de microbiota intestinal de personas sanas a personas con trastorno depresivo, como tratamiento para controlar los síntomas de la depresión. En los ocho estudios analizados encontraron una mejora, a corto plazo, en los síntomas de depresión de las personas con trastorno depresivo tratadas con trasplantes de microbiota intestinal de individuos sanos. El mecanismo por el cual el trasplante de microbiota intestinal disminuye los síntomas depresivos aún requiere más estudios. Sin embargo, su efecto sobre la actividad de las células enterocromafinas, vinculadas a la producción de serotonina, es la línea de investigación más prometedora.

La composición de tu microbiota intestinal depende de tu dieta, el uso de medicamentos (por ejemplo, antibióticos), las infecciones por microorganismos, tu edad, factores genéticos y tu estilo de vida. Un desequilibrio en tu microbiota, conocido como disbiosis, puede estar asociado con diversas afecciones, como enfermedades inflamatorias intestinales, obesidad, enfermedades cardiovasculares y, como te estarás imaginando, depresión. Por eso, ¡la próxima vez que te sientas deprimido, piensa en cómo cuidar y mimar a los microbios de tu microbiota intestinal!

Agradecimientos. Consejo Nacional de Ciencias, Humanidades y Tecnología, CONAHCyT, proyecto Ciencia de Frontera número 2019-490792.

Detalles del autor

  • Nombre(s):
    Bibiana Montoya
    Mauricio Guillen-Parra
    Alex Mauricio Mopán-Chilito
    Misael Daniel Mancilla-Morales
    Roxana Torres


Referencias

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