Al cambio de la vegetación original por campos de cultivo o asentamientos humanos se le conoce como “cambio de uso de suelo”. Esta transformación causa el aislamiento de la vegetación y la desecación del suelo; los parches de vegetación se mantienen como si fueran islas en un mar de cultivos. En estas condiciones, las plantas sufren debido a la falta de agua, ya que pierden sus hojas y sin éstas no se realiza la fotosíntesis (proceso por el cual las plantas obtienen su alimento). Entonces, las plantas se quedan sin la energía necesaria para vivir, además de que aumenta la probabilidad de enfermarse1,2.

El cambio de uso de suelo también causa la disminución poblacional y la interrupción de la reproducción entre diferentes poblaciones (flujo genético), con lo cual se modifican los procesos que definen la variación de genes dentro y entre poblaciones2,3.

Recientemente, se han observado en el estado de Tlaxcala grandes parches de vegetación con árboles sin hojas, especialmente en áreas con vegetación fragmentada, donde abunda el ocote chino (Pinus leiophylla). Desafortunadamente, el panorama es desalentador para este árbol debido al cambio climático, pues con el incremento de las sequías los escarabajos descortezadores están aumentando (Figura 1A).

Cuando vemos un pino sin hojas o con hojas secas podemos acercarnos y observar en el tronco pequeñas perforaciones que indican la presencia de escarabajos descortezadores (Figura 1B). Probablemente, estos escarabajos por si solos no son los responsables de la muerte del árbol porque tienen la función de eliminar árboles débiles de la naturaleza y permitir que los más sanos crezcan, pero ahora es más frecuente observar árboles muertos porque la sequía debilita los pinos, entre ellos al ocote chino1.

Si bien existen plantas que tiran las hojas en la época de secas, por ejemplo, los encinos (Quercus sp.), éste no es el caso del ocote chino, ya que al igual que otros pinos mantiene sus hojas (acículas) durante todo el año4. Para los pinos, perder las hojas prácticamente es una sentencia de muerte, si las lluvias no vuelven, la sed los vuelve muy sensibles y es la condición idónea para el ataque del descortezador 1.

El ocote chino es un pino del bosque de coníferas de Tlaxcala con una altura mediana (20-30 m). Las hojas se agrupan por quintetos (que se conocen como fascículos) y miden entre ocho y 15 centímetros de longitud. Los conos femeninos tienen forma de huevo y se encargan de producir las semillas. Este árbol, como otros pinos, tiene una reproducción y crecimiento lento, ya que para la liberación de semillas deben pasar de dos a tres años después de la reproducción y la maduración sexual puede tardar más de 5 años (Figura 2)5,6.

Además de la terrible afectación del incremento de la sequía por el cambio climático, la reducción de las poblaciones por la fragmentación posiblemente esté afectando la variación genética (variación de genes) de las poblaciones de ocote chino y, por ello, sean más vulnerables. En el Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta (CTBC) de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) estamos evaluando la variación genética de las poblaciones aún presentes en el estado y cómo cambia entre generaciones (árboles adultos y plantitas). Bajo este modelo de investigación, a partir de los árboles adultos, podremos dar un vistazo de las condiciones pasadas, mientras que con las plantitas observaremos los efectos recientes de la pérdida del bosque. En conjunto, con la información obtenida podremos saber si el flujo y la variación genéticos han disminuido en el tiempo, lo cual podría representar un riesgo para la especie. Lo que hemos encontrado es que la pérdida de árboles de ocote chino ha disminuido la variación genética de las plantitas respecto de los árboles adultos, además de que la reproducción entre poblaciones diferentes (flujo genético) se ha reducido.

Desafortunadamente, no sabemos si el ocote chino será un árbol que se conservará en el futuro, pues con el incremento de la sequía, el aumento de la infestación por descortezadores y la disminución de su variación genética, su mantenimiento se convierte en todo un reto. No obstante, debemos recordar que el cuidado de las diferentes especies, no solo de plantas, sino también de animales y hongos, es tarea de todos. Nosotros esperamos que nuestros resultados puedan incorporarse en estrategias de conservación de los bosques, debido a la necesidad de mejorar y mantener el flujo genético entre y dentro de las poblaciones del ocote chino, así como de otras especies de árboles.



¿Cómo puede contribuir la sociedad a la conservación de los bosques?

La mejor forma de conservar la naturaleza es mejorar nuestro entendimiento de la variación de vida de nuestra casa y territorio, Tlaxcala, y respetarla. El cambio de uso de suelo y el cambio climático son los principales protagonistas de esta problemática, pero no son los únicos, también lo son los incendios forestales, así como la extracción de musgo y hojarasca (tierra de monte). Con el simple hecho de recoger nuestros desechos al ir al bosque, apagar fogatas, no comprar tierra de monte para nuestras plantas o musgo para nuestras ceremonias religiosas, ya estamos ayudando a la conservación de los bosques. Pero si tus deseos por contribuir son tan grandes como la belleza de la naturaleza, puedes acercarte a un centro de investigación como el CTBC e incluso si vives cerca de un bosque, puedes recurrir a la presidencia de tu localidad y preguntar sobre los proyectos que se desarrollan para la conservación y participar como voluntario en campañas de reforestación, recolección de basura y monitoreo de la diversidad biológica.

Con nuestro granito de arena, ¡todos podemos aportar!

Figura 1. Áreas con ocote chino en Tlaxcala. A) Ocotes chinos secos, sin hojas. B) Señales de infestación del escarabajo descortezador, en el tronco se observa savia derramada en donde entra el escarabajo y el árbol intenta reparar el daño. Fotografías de Gema L. Galindo-Flores.
Figura 2. Ocote chino. A) árbol adulto, B) acículas, C) conos femeninos, D) semillas. Imagen de Braulio R. Pérez-Alva.

Detalles del autor

  • Nombre(s):
    Braulio Ricardo Pérez-Alva
    Bárbara Cruz-Salazar
    Gema Lilia Galindo-Flores
    Yendi Ebenezer Navarro-Noya
    Arturo Estrada-Torres
    Guillermo Alejandro Pérez-Flores


Referencias

  • 5Comisión Nacional Forestal (CONAFOR). 2007. Pinus leiophylla Schl. & Cham. Ficha técnica para la reforestación. Comisión Nacional Forestal, 1-7.
  • 1del-Val, E., Sáenz-Romero, C. (2017). Insectos descortezadores (Coleoptera: Curculionidae) y cambio climático: problemática actual y perspectivas en los bosques templados. Revista Especializada en Ciencias Químico-Biológicas, 20(2), 53-60. doi: https://doi.org/10.1016/j.recqb.2017.04.006
  • 4Farjon, A., de la Rosa, J. A. P., Styles, B. T. (1997). Guía de campo de los pinos de México y América Central. Bélgica: Royal Botanic Gardens, K e w.
  • 3Frankham, R., Ballou, J.D., Briscoe, D.A. (2002). Introduction to conservation genetics. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
  • 2Maya-García, R., Arizaga, S., Cuevas-Reyes, P., Peñaloza-Ramírez, J.M., Ramírez, V.R., Oyama, K. (2017). Landscape genetics reveals inbreeding and genetic bottlenecks in the extremely rare short-globose cacti Mammillaria pectinifera (Cactaceae) as a result of habitat fragmentation. Plant Diversity, 39(1), 13-19. doi: 10.1016/j.pld.2016.09.005
  • 6Sáenz-Romero, C., Rehfeldt, G.E., Ortega-Rodríguez, J.M., Marín-Togo, M.C., Madrigal-Sánchez, X. (2015). Pinus leiophylla suitable habitat for 1961-1990 and future climate. Botanical Sciences, 93(4), 709-718. doi: 10.17129/botsci.86